
Conseguir que el perro se concentre y preste atención durante las sesiones de adiestramiento puede no ser tan sencillo en determinados casos. En este artículo hablaremos sobre lo que conviene tener en cuenta a la hora de mejorar la atención y concentración de un perro al que le cuesta concentrarse.
Cuantas más distracciones peor trabaja el cerebro
Cuando conseguimos concentrarnos completamente en una tarea, enfocamos nuestra atención y desechamos automáticamente estímulos externos e internos irrelevantes, es decir, aquellos que no tienen que ver con dicha tarea.
De hecho, cuando no queremos pasar por alto u olvidar algo necesitamos amplificarlo (hacerlo más brillante, más grande, subir el volumen, más intenso…). Ejemplos de esto son los post-it de colores chillones en lugares bien a la vista o los gigantescos y coloridos anuncios de neón/led en la carretera para que los percibamos mientras conducimos.
El cerebro (humano, canino, felino…) tiene una capacidad de procesamiento limitada y necesita enfocar sus recursos en la tarea que se está llevando a cabo, así, cuando nos vemos forzados a dividir nuestra atención tanto nuestro rendimiento como la sensibilidad de nuestros sentidos disminuye.
Cuanto más trabajo se le exige al cerebro, peor perciben los sentidos
Para ilustrar esta cuestión podemos citar un estudio en humanos que evalúa cómo afecta el hecho de llevar a cabo otras actividades mientras se consumen alimentos a la percepción de su sabor.
Se examinan los efectos de la “carga de trabajo” (es decir, la dificultad de la tarea con respecto a su demanda de recursos cognitivos y memoria de trabajo) en la percepción sensorial (en este caso, el gusto).
Los participantes prueban sustancias amargas, dulces y saladas en diferente grado estando sometidos a “cargas de trabajo” distintas. Con “cargas de trabajo” altas califican las sustancias como menos intensas, consumen más y prefieren los sabores más fuertes.
Esto sugiere que el aumento de la “carga de trabajo” reduce la percepción del sabor al limitar la capacidad de atención, impidiendo una evaluación correcta de la intensidad del sabor y el ajuste del consumo al mismo.
Esto concuerda totalmente con la Teoría de la Carga Cognitiva. Según Jonh C. Sweller, psicólogo educacional, la capacidad de memoria de trabajo es limitada, por lo que el aprendizaje mediante solución de problemas debe diseñarse de forma que se disminuya la carga cognitiva y se faciliten las tareas para que no se sature la capacidad de procesamiento.
En el mundo humano, esto implica que si comemos mirando la tele o el móvil, en un centro comercial rodeados tiendas y gente, o incluso, pensando en todo lo que tenemos que hacer en el trabajo… evaluamos peor el sabor de nuestros alimentos y tendemos a querer comer más y preferir sabores más intensos (más dulces, más salados…).
Bien, hasta aquí hemos hablado de animales humanos, pero ¿cómo se relaciona todo esto con el adiestramiento canino?

Concentración, atención y premios en el adiestramiento canino
En el adiestramiento canino, a menudo se emplean reforzadores más valiosos, más olorosos, más grandes, más sabrosos, más intensos… que los reforzadores habituales para aumentar la motivación del perro cuando se trabaja en entornos difíciles en los que el nivel de distracción es alto.
En el caso de los premios más sabrosos, lo que parece que sucede es que se compensa con un estímulo más intenso esa disminución en la percepción del sabor asociada a una menor capacidad de atención en su evaluación (ya que la atención del perro está dividida y su procesamiento cognitivo saturado).
Sin embargo, reforzadores con un valor demasiado alto también pueden dificultar el aprendizaje ya que la motivación excesiva implica un estado emocional tan alterado que interfiere y perjudica la función cognitiva.
Es imprescindible dedicar tiempo a analizar el valor que otorga cada perro (de forma individual) a los diferentes tipos de reforzadores que podemos utilizar en su adiestramiento y clasificarlos, para poder utilizar en cada momento el que mejor se adapta al perro en concreto y las necesidades de la sesión de adiestramiento, según sean las circunstancias de la misma.

Diseñar el protocolo de adiestramiento para maximizar la atención
Sin embargo, dado que la concentración y la atención intencional es vital para lograr un aprendizaje de calidad, un buen protocolo de enseñanza o de adiestramiento no puede basarse sólo en ajustar el valor del reforzador a la situación en la que se esté trabajando en ese momento.
Si nuestro objetivo lograr que el perro se concentre al máximo y preste más atención, la sesión debe diseñarse y planificarse de forma que facilite el aprendizaje al perro disminuyendo la carga cognitiva.
En nuestra opinión, un buen protocolo debe, además:
- Aprovechar todas las capacidades cognitivas del perro (mediante una estructuración en fases que ponga a prueba dichas capacidades).
- Tener en cuenta el marco de aprendizaje (el dónde y el cuándo) y la técnica de enseñanza (el cómo) para facilitar el aprendizaje y no saturar las capacidades cognitivas del perro en concreto con el que trabajemos, de forma que ni su rendimiento disminuya ni activemos estrés y/o ansiedad.
Cuando se trabaja de forma estructurada y se prepara al perro con coherencia y suficiente volumen de entrenamiento previo, seguramente éste no necesitará jamón Cinco Jotas para prestar atención y concentrarse en entornos difíciles llenos de distracciones… 😉
– Referencia: Van der Wal, R. C., & van Dillen, L. F. (2013). Leaving a Flat Taste in Your Mouth Task Load Reduces Taste Perception. Psychological Science, 24, 1277–1284. 23722984
– Artículo relacionado: Attentional States, Sensory Sensitivity and High Value Treats (http://dogbehaviorscience.wordpress.com)
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